El viernes vino la mamá
de Maya a pasar unas horas con nosotros. Primero hicimos una asamblea en la que
se presentó, nos contó cómo se llamaba y a qué se dedicaba. Su profesión nos
pareció muy interesante, pues trabaja con familias que quieren adoptar niños y
con niños que necesitan una buena familia que les cuide. Nos acordamos de “Kiwi”,
el cuento que representamos hace poco, y que de alguna manera hablaba de la
adopción de un Kiwi por parte de un perro. También hablamos en la asamblea de
los compromisos que estamos realizando en la clase, de los que ya os hablaremos
más adelante, y aportamos soluciones para una situación que se le presentó al
profe el día anterior.
Después de la asamblea
nos dispusimos a hacer pan con Elisa, la mama de Maya. Había traído todo lo
necesario: Panificadora, harina, sal, levadura… ¡Y pistachos! A nuestro pan le
incluiríamos ese fruto seco para que le diera un sabor nuevo y especial. Pelamos
los pistachos y fuimos incluyendo los ingredientes, y aprendimos algo
importante: Cada paso de la receta del pan necesita su tiempo: Amasar, reposar
y hornear. Mientras nuestra masa reposaba, jugamos con un puzzle del abecedario
que nos trajo Elisa, y con el que le encanta jugar a Maya en casa, y luego nos
contó el cuento de “Gorilón”.
Desayunamos, celebramos el cumpleaños de Javi, bailamos, salimos
al recreo y aún nos quedaba lo más importante: A la vuelta del patio el pan ya
estaba horneado y calentito, y no pudimos aguantar para trocearlo y probarlo…
¡Y estaba muy rico!
Agradecemos desde aquí
a Elisa todo lo que nos trajo para hacer, mostrar y contar, y le invitamos (así
como al resto de familiares de todos los alumnos) a que vuelva a nuestra clase
cuando quiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Ya podéis dejar comentarios más facilmente! Ni siquiera tenéis que demostrar que no sois robots, jejeje...