lunes, 4 de noviembre de 2013

Con cinco cosas de nada


El miércoles de la semana pasada abrió la asamblea Alonso, contándonos que le habían comprado unos botines de taco de fútbol, y que le gustaban mucho. A partir de ahí nos contagió a todos las ganas de contar cosas que nos habían regalado o comprado, y cosas que nos gustaría que nos regalaran. Uno tras otro íbamos comentando que queríamos esto o lo otro, e incluso algún compañero nos enseñó un catálogo de juguetes en el que había rodeado muchos  que le gustaban. Entonces el profe nos contó que había niños que no podían comprarse tantas cosas como nosotros, incluso algunos que no tenían apenas juguetes, y no sólo en África o en Asia, sino en todas partes del mundo, incluso en España, y que somos unos verdaderos afortunados en ese sentido. Algunos compañeros comentaron que era una pena, que sin juguetes seguro que no podían jugar, y que se aburrirían. De ese comentario salió una cuestión: ¿Hacen falta juguetes para jugar? Hablamos entonces de juegos como las carreras, el "pillar", la ronda... juegos en los que no nos hacían falta juguetes.
 ¿Y sólo los juguetes se pueden utilizar para jugar? Entonces el profe nos puso en grupos y a cada uno nos dió un objeto que, en principio, no parecía un juguete para nada. Una almohada gigante, un bote cilíndrico de plástico, un par de aros, una estrella de masajes, una caja de cartón. Cada grupo teníamos uno de los objetos, y teníamos que probar a inventarnos diferentes formas de jugar con él. Fue muy interesante, porque al principio sólo nos salían ideas individuales, pero poco a poco y de forma natural los juegos se iban convirtiendo en grupales, y cada uno le añadía algo nuevo. Nos llevamos casi una hora cambiando de objeto, inventando nuevas formas de usarlos e imaginando que eran caballos, volantes, gafas mágicas, tambores, coches... Sin duda la respuesta a la pregunta era "no". No sólo los juguetes se pueden utilizar para jugar, cualquier cosa sirve, con un poco de imaginación. Después nos pintamos jugando con lo que más nos había gustado. Desayunamos, salimos al recreo... y debieron de gustarnos los juegos que nos habíamos inventado, porque después del recreo, cuando el profe nos dijo que podíamos jugar con los juguetes de la clase, muchos de nosotros le preguntamos si podíamos utilizar la caja, el tubo o la almohada...


































5 comentarios:

  1. Desde luego Juan que alegría como les enseñas a los niños. El día de mañana estos peques serán personas humildes, cariñosas, respetuosas... Deberías venir una temporadita por aquí jajjaja.
    Saludos,

    ResponderEliminar
  2. ¡Muchas gracias Susana! Ojalá sean todos de mayores así como tú dices... ¡pero no por lo que yo haga en tres años, que eso pronto se acaba olvidando, sino por lo que perpetuéis los padres durante toda su infancia y juventud!

    ResponderEliminar
  3. Santa paciencia que tienes Juan. QUe contentos van siempre al cole.
    Guille los sábados: mamá, hoy no hay cole??? ¿y mañana? Joooooo....
    Muchas gracias por todo

    ResponderEliminar
  4. Aqui viene muy bien lo de ..UN PALO; UN PALO; ES UN PALO!!!! La verdad es que mi hermano pequeño siempre buscaba algún palo que hacia de todo, y terminaba dejando los juguetes y jugando con su palo....

    ResponderEliminar
  5. Jajajaja.. ¡¡ en eso mismo pensaba yo cuando estaba escribiendo esta entrada!! los niños necesitan mucho menos de lo que les damos, o mejor dicho necesitan otras cosas que las que solemos darles...

    ResponderEliminar

¡Ya podéis dejar comentarios más facilmente! Ni siquiera tenéis que demostrar que no sois robots, jejeje...